Unos pocos años después del triunfo de la Revolución cubana empezaron a escasear productos, poco a poco todo se fue terminando y destruyendo, sin ver -por ningún lado- la gestión del gobierno en responder a esas necesidades. Algunas personas empezaron a creer en un posible cambio del gobierno, supongo yo que haya sido porque en aquellos tiempos el pueblo cubano estaba acostumbrado a tener presidentes por periodos cortos, además de tener la posibilidad del voto directo. Los años fueron pasando, las cosas han seguido igual y seguimos sufriendo de los mismos males, o de otros nuevos con enfermedades terminales, sin remedio.
Hagamos todos una suposición, pensemos –sólo por un momento- que somos hijos o parientes de esa alta clase Castrista. El resultado será notado rápidamente, nos convertimos en personas sin ningún tipo de necesidad, con todo resuelto: casas amplias donde vivir, sin pensar qué comer día a día, autos para moverse, en fin, un lujo total. Ahora me hago varias preguntas: ¿así quién no va a creer en la Revolución?, ¿quién no va a defender al gobierno de los Castro?, y miles otras que me hago cuando me encuentro personas defendiendo lo indefendible.
Pero la realidad es otra, el pueblo no tiene ninguna de estas posibilidades -que nos imaginamos anteriormente-, no es que seamos mal agradecidos, es que hemos visto a nuestros padres y abuelos sudar la gota gorda y ellos en estos momentos no tienen nada, donde lo más triste es que ni la opción de disfrutar su vejez pueden, han perdido toda su vida arando la tierra para al final no obtener ningún resultado. Muchos han visto pasar su juventud esperando un cambio, pero nada, ahora no tienen fuerzas ni esperanzas.
Hace dos años un compañero mío de trabajo -casi en su edad de retiro- me dijo: “El experimento falló, llevamos 50 años de Revolución y no se han obtenido ningún resultado”. Termino hoy con la respuesta del actor cubano Roberto San Martín -el hijo de Susana Pérez- en una entrevista en Dicho&Hecho, “...Lo único que pido para Cuba es que la gente no viva esperando a que pase algo, porque no va a pasar. Las cosas no pasan: se hacen pasar, hay que hacer que ocurran...”
jajaja Así mismo, el experimento falló! en muchas ocasiones, escuche a "gente mayores" en cuba usando esta misma expresión, como si los que gobiernan se hubiesen puesto de acuerdo para hacer un experimento con el pueblo que consiste en ir quitándoles poco a poco las libertades, agregándoles limitaciones y es como estar monitoreando cada movimiento que hagan. Se trata de ver cuánto puede aguantar el pueblo.
RispondiEliminaUn saludo!
Ragazzi lean esto, está buenísimo, un artículo que hizo una periodista española en su viaje, me lo mandó una primita mía,
RispondiEliminaDisfrútenlo,
Cuba, ciudad amargura
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/10/25/enespecial4/1130240947.html
Un golpe de Estado en 1952 fue sucedido por algo peor en 1959. Una Revolución, con el objetivo de restablecer la democracia, que muchos creyeron auténtica, encontró las excusas de una confrontación, se alineó con una ideología para subsistir y declaró su carácter Socialista, mutó en totalitarismo, mató cualquier forma de debate, libertades y endiosó a sus líderes por una eternidad. Muchas cosas fueron cambiadas de perspectiva, y se practica el arte de “virar la tortilla” para justificar ineficiencia e incapacidad y salvar a sus dioses de toda responsabilidad. No es una Revolución energética la que fracasó; es un pueblo el inconsciente y derrochador. No es una economía deformada, centralizada, estancada e ineficiente, incapaz de producir los alimentos básicos de consumo, no es un salario irrisorio y simbólico; es un pueblo el vago que no desea hacer producir la tierra, y acostumbrado a vivir de gratuidades. No es ni siquiera ya, un Estado el responsable de garantizar a su pueblo la educación, la salud y las condiciones mínimas de vida, por obligación, pues es su razón de ser; es un pueblo el que debe agradecer eternamente la benevolencia, el favor y la gran oportunidad que le ha sido dada de educarse e instruirse.
RispondiElimina“Ordenan” a Castro que se levante
RispondiEliminaLA HABANA, Cuba, 25 de junio (Carlos Ríos / www.cubanet.org) – Aparentemente la frase está dirigida a Fidel Castro: “Caballo, levántate para que veas cómo nos tiene la yegua”.
Ha comenzado a aparecer en carteles y paredes, en medio de los apagones que ya cubren a La Habana. En los letreros aparece una figura que recuerda al Coronel Elpidio Valdés, personaje de historietas cómicas infantiles, trotando en su caballo “Palmiche”; pero, la cara es de Castro, vestido con mono deportivo con el sello del equipo Cuba .
Los que ponen los letreros tratan de mandar un mensaje doble, matar dos pájaros de un tiro: Uno, el mandato de Castro II es más represivo y asfixia al cubano de a pie. Y, dos, los cubanos están convencidos de que Castro I es un cadáver viviente cuyas supuestas Reflexiones son usadas para dar al pueblo la impresión de que aun manda.
¡ Simplemente genial esta frase, es verdad que como el cubano no hay, ja ja ja!!
RispondiEliminaJose me voy a sumar a mio comentario que me pongo de pinga tambien jejejeje Todo perfecto...qte quiero, siqgue asi!!
RispondiElimina